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Historia de las operaciones de mantenimiento de la paz

  • Fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en Chipre
El mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas comenzó en 1948, cuando el Consejo de Seguridad autorizó el despliegue de observadores militares de las Naciones Unidas en el Oriente Medio.

Dicha misión tenía como objeto vigilar la observancia del Acuerdo de Armisticio entre Israel y sus vecinos árabes, operación que recibió el nombre de Organismo de las Naciones Unidas para la Vigilancia de la Tregua (ONUVT).

Desde entonces, las Naciones Unidas han desplegado en distintas partes del mundo , 57 de ellas desde 1988. A lo largo de los años, han participado en estas operaciones de mantenimiento de la paz cientos de miles de efectivos militares, así como decenas de miles de policías de la ONU y civiles de más de 120 países.

Más de 3326 miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz, procedentes de unos 120 países, han perdido la vida en acto de servicio bajo la bandera de las Naciones Unidas.

Primeros años

El concepto de mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas nació en un momento en el que las rivalidades de la Guerra Fría paralizaban constantemente al Consejo de Seguridad.

Las metas del mantenimiento de la paz estaban limitadas inicialmente a mantener el alto el fuego y estabilizar situaciones sobre el terreno, prestando un apoyo crucial a los esfuerzos políticos para resolver el conflicto por medios pacíficos.

Cascos azules caminando en fila india por una duna de arena.Esas misiones estaban compuestas por observadores militares desarmados y tropas ligeramente armadas, que desempeñaban principalmente funciones de vigilancia, información y fomento de la confianza.

El Organismo de las Naciones Unidas para la Vigilancia de la Tregua (ONUVT) y el Grupo de Observadores Militares de las Naciones Unidas en la India y el Pakistán (UNMOGIP) fueron las primeras dos misiones desplegadas por las Naciones Unidas. Ambas misiones, que continúan en funcionamiento, sirvieron para ilustrar el tipo de misión de observación y vigilancia, y constaban de una fuerza autorizada de unos cuantos cientos de personas. Los observadores militares de las Naciones Unidas no iban armados.

La primera operación de mantenimiento de paz armada fue la primera Fuerza de Emergencia de las Naciones Unidas (FENU I), desplegada con éxito en 1956 para responder a la crisis del Canal de Suez.

La Misión de las Naciones Unidas en el Congo (ONUC), iniciada en 1960, fue la primera misión a gran escala que dispuso de un contingente de casi 20 000 soldados durante su momento más activo. Esta misión también puso de manifiesto los riesgos que conlleva intentar estabilizar una región devastada por la guerra. Mientras prestaban servicio en esa misión, 250 efectivos de las Naciones Unidas perdieron la vida, entre ellos el Secretario General, Dag Hammarskjold.

En los decenios de 1960 y 1970, las Naciones Unidas establecieron misiones de corta duración en la República Dominicana (Misión del Representante Especial del Secretario General en la República Dominicana [DOMREP]), Nueva Guinea Occidental (Irián Occidental) (Fuerza de Seguridad de las Naciones Unidas en Nueva Guinea Occidental [UNSF]) y el Yemen (Misión de Observación de las Naciones Unidas en el Yemen [UNYOM]),e iniciaron despliegues de larga duración en Chipre, (Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre [UNFICYP]) y Oriente Medio (Segunda Fuerza de Emergencia de las Naciones Unidas [FENU II]), Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación [FNUOS] y Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano [FPNUL].

En 1988, al personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas se le concedió el Premio Nobel de la Paz. En ese momento, el Comité del Premio Nobel reconoció «los esfuerzos realizados por las fuerzas de mantenimiento de la paz, que han contribuido de manera relevante a la realización de uno de los principios fundamentales de las Naciones Unidas. Gracias a esto, la organización mundial ha logrado desempeñar un papel cada vez más central en los asuntos mundiales y goza de una confianza cada vez mayor».

Aumento de actividad después de la Guerra Fría

El contexto estratégico del mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas cambió fundamentalmente con el final de la Guerra Fría.

Dos Cascos azules montados en la parte superior de un camión por un camino de tierra.

Las Naciones Unidas modificaron y ampliaron sus operaciones sobre el terreno, pasando de las misiones «tradicionales», basadas en tareas generales de observación a cargo del personal militar a actividades complejas y «multidimensionales». Estas nuevas misiones tenían como objeto velar por la aplicación de acuerdos de paz amplios y ayudar a sentar las bases de una paz duradera.

La naturaleza de los conflictos también ha cambiado con los años. El mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, que se estableció inicialmente para actuar en conflictos entre Estados, ha tenido que ocuparse cada vez más de conflictos interestatales y guerras civiles.

En la actualidad, el personal de mantenimiento de la paz realiza una gran variedad de tareas complejas, desde contribuir a establecer instituciones de gobierno sostenibles hasta vigilar la situación de los derechos humanos, colaborar en la reforma del sector de la seguridad o ayudar en el proceso de desarme, desmovilización y reintegración de excombatientes.

Aunque el personal militar sigue siendo el elemento fundamental de la mayor parte las operaciones de mantenimiento de la paz, ahora también incumben a:

  • Administradores
  • Economistas
  • Agentes de policía
  • Expertos jurídicos
  • Personal de remoción de minas
  • Observadores electorales
  • Supervisores de los derechos humanos
  • Especialistas en asuntos civiles y de gobernanza
  • Trabajadores de asistencia humanitaria
  • Expertos en comunicaciones e información pública

1989 - 1994: aumento rápido del número de misiones

Al terminar la Guerra Fría, hubo un rápido incremento en el número de operaciones de mantenimiento de la paz. Con un nuevo consenso y un propósito común, el Consejo de Seguridad autorizó un total de 20 nuevas operaciones entre 1989 y 1994, con lo que el personal de mantenimiento de la paz se incrementó de 11 000 a 75 000 efectivos.

Las operaciones de mantenimiento de la paz establecidas en países como Angola -(Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Angola I [UNAVEM I] y Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Angola II [UNAVEM II]), Camboya (Autoridad Provisional de las Naciones Unidas en Camboya [APRONUC]), El Salvador (Misión de Observadores de las Naciones Unidas en El Salvador [ONUSAL]), Mozambique (Operación de las Naciones Unidas en Mozambique [ONUMOZ]) y Namibia (Grupo de Asistencia de las Naciones Unidas para el Período de Transición [GANUPT]), se desplegaron con el objetivo de:

  • ayudar a implementar acuerdos de paz complejos;
  • estabilizar la situación de la seguridad;
  • reorganizar el personal militar y la policía;
  • elegir nuevos gobiernos y construir instituciones democráticas.

Mediados de la década de 1990: un período de revalorización

El éxito general de las misiones anteriores aumentó las expectativas hacia las actividades de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas más allá de su capacidad de respuesta. Esto se puso de manifiesto especialmente a mediados del decenio de 1990, cuando el Consejo de Seguridad no pudo autorizar mandatos lo suficientemente sólidos ni proporcionar los recursos adecuados.

Se establecieron misiones en situaciones donde todavía restallaban las armas y no había paz que mantener, en zonas como la antigua Yugoslavia (Fuerza de Protección de las Naciones Unidas [UNPROFOR]), Rwanda (Misión de Asistencia de las Naciones Unidas a Rwanda [UNAMIR]) y Somalia (Operación de las Naciones Unidas en Somalia II [ONUSOM II]).

Estas tres operaciones de alta visibilidad fueron objeto de críticas cuando el personal de mantenimiento de la paz debió abordar situaciones en las que las partes beligerantes no se ajustaron a los acuerdos de paz, o en las que el personal de paz no estaba provisto de los recursos ni del apoyo político adecuados. Conforme aumentaron las bajas civiles y continuaron las hostilidades, la reputación del mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas se resintió.

Los reveses de principios y mediados del decenio de 1990 llevaron al Consejo de Seguridad a limitar el número de nuevas misiones de paz y a iniciar un proceso de reflexión para evitar que estos fallos se repitieran.

El Secretario General encargó una investigación independiente (S/1999/1257) de las acciones de las Naciones Unidas durante el genocidio de Rwanda en 1994 y, a petición de la Asamblea General, presentó una evaluación completa (A/54/549) sobre lo sucedido entre 1993 y 1995 en Srebrenica, en la antigua Yugoslavia. También se examinaron cuidadosamente las circunstancias que llevaron a la retirada de las Naciones Unidas de Somalia (S/1995/231).

Mientras tanto, el personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas seguía con sus operaciones de largo plazo en el Oriente Medio, Asia y Chipre.

Con la aparición de nuevas crisis en varios países y regiones, la función esencial de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas pronto adquirió un nuevo protagonismo. En la segunda mitad del decenio de 1990, el Consejo autorizó nuevas operaciones en:

Hacia el siglo XXI: nuevas operaciones, nuevos retos

En el alba de un nuevo siglo, las Naciones Unidas llevaron a cabo un importante ejercicio para examinar los retos que se planteaban al mantenimiento de la paz en el decenio de 1990 e introducir reformas. El objetivo era fortalecer nuestra capacidad para gestionar y mantener eficazmente las operaciones sobre el terreno.

Con una mayor comprensión de los límites (y las posibilidades) del mantenimiento de la paz, se pidió a las Naciones Unidas que llevara a cabo tareas aún más complejas. Esto empezó en 1999, cuando la Organización prestó servicios como administradora de los territorios de Kosovo, en la antigua Yugoslavia (Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo [UNMIK]) y en Timor Oriental (ahora Timor-Leste) (Administración de Transición de las Naciones Unidas para Timor Oriental [UNTAET]), que estaba en el proceso de obtener su independencia de Indonesia.

A lo largo del decenio siguiente, el Consejo de Seguridad también estableció operaciones de mantenimiento de la paz amplias y complejas en algunos países africanos:

El personal de mantenimiento de la paz también debió reanudar operaciones vitales de mantenimiento y consolidación de la paz en lugares donde las frágiles condiciones de paz se habían deteriorado, como Haití (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití [MINUSTAH]) y la recién independizada Timor-Leste (Misión Integrada de las Naciones Unidas en Timor-Leste [UNMIT]).

Muchas de estas operaciones han finalizado sus mandatos, como la Misión de las Naciones Unidas en la República Centroafricana y el Chad (MINURCAT), la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUC), la Operación de las Naciones Unidas en Burundi (ONUB), la Misión de las Naciones Unidas en Sierra Leona (UNAMSIL), la Misión de las Naciones Unidas en Etiopía y Eritrea (MINUEE), la Misión de las Naciones Unidas en el Sudán (UNMIS) y la Operación de las Naciones Unidas en Côte d'Ivoire (ONUCI).

En el primer decenio del siglo, el mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas ha estado sujeto a una presión sin precedentes, y cada vez se pide con mayor frecuencia que se desplieguen en entornos operacionales remotos e inseguros y en contextos políticos inestables.

Las fuerzas de mantenimiento de la paz debieron hacer frente a diversos desafíos para cumplir sus misiones de mayores proporciones, más onerosas y cada vez más complejas, a dificultades relativas a planear y aplicar estrategias de transición viables para las misiones en que se haya alcanzado un cierto grado de estabilidad y al reto de prepararse para hacer frente a un futuro y un conjunto de exigencias inciertos.

En mayo de 2010, el mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas entró en una fase de consolidación. Por primera vez en una década, las cifras empezaron a declinar un poco, con la reducción de tropas en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO) y la retirada de la Misión de las Naciones Unidas en la República Centroafricana y el Chad (MINURCAT) a finales de 2010.

Situación actual

Actualmente, algo más de 110 000 militares, policías y civiles sirven en 15 misiones de mantenimiento de la paz, suponiendo un descenso del personal y de las misiones de mantenimiento de la paz como resultado de una transición pacífica y de la reconstrucción de los Estados en funcionamiento.

Sin embargo, la reducción de personal y de misiones de mantenimiento de la paz en los años transcurridos no indica bajo ningún concepto que los retos a los que se enfrentan las Naciones Unidas estén decreciendo. El surgimiento de nuevos conflictos que traspasan las fronteras locales y regionales muestra que la demanda de misiones sobre el terreno va a seguir siendo elevada y que el mantenimiento de la paz seguirá siendo una de las tareas operacionales de las Naciones Unidas de mayor complejidad.

Un Casco azul da comida a un niño pequeño.Por otra parte, la complejidad política que enfrentan las operaciones de mantenimiento de la paz y el alcance de sus mandatos, que incluye el ámbito civil, sigue siendo muy amplia. Hay indicios concluyentes de que algunas capacidades especializadas, incluida la policía, sean objeto de una demanda particularmente elevada en los próximos años.

Los objetivos de las actuales operaciones multidimensionales de mantenimiento de la paz seguirán facilitando los procesos políticos, protegiendo a los civiles, ayudando en el desarme, la desmovilización o la reintegración de excombatientes, apoyando la organización de procesos electorales, protegiendo y promoviendo los derechos humanos y ayudando a restablecer el estado de derecho.

El mantenimiento de la paz se ha caracterizado siempre por su gran dinamismo y se ha ido adaptando a los nuevos retos.

En octubre de 2014, el ex Secretario General, el Sr. Ban Ki-moon, estableció un Grupo Independiente de Alto Nivel sobre las Operaciones de Paz de las Naciones Unidas, integrado por 17 miembros, para realizar una evaluación completa del estado de las operaciones de paz de las Naciones Unidas y de las necesidades emergentes del futuro. El informe del Grupo Independiente de Alto Nivel sobre las Operaciones de Paz de las Naciones Unidas se publicó en junio de 2015, con recomendaciones clave sobre el camino a seguir por las operaciones de paz. En septiembre de 2015, el Secretario General publicó su propio informe sobre la aplicación de esas recomendaciones y el futuro de las operaciones de paz.

Para una visión más amplia de nuestras operaciones en curso, el actual contexto estratégico y las prioridades, así como los desafíos en evolución que enfrenta el mantenimiento de la paz en la actualidad, revise las declaraciones del 20 de octubre de 2016 a la Cuarta Comisión General de la Asamblea General del ex Secretario General de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, Hervé Ladsous y el Subsecretario General de Operaciones sobre el terreno, Atul Khare.