Mas de un millón de cascos azules han trabajado por la paz con la bandera de la ONU, aunque no están solos en nuestra búsqueda de la paz; el mantenimiento de la paz está impulsado por diversas y sólidas asociaciones. En esta nueva entrega, con motivo de la celebración del Día Internacional del Personal de Paz el 29 de mayo, le acercamos a todo lo que representan los cascos azules y sus socios en el mundo entero.
Edición: Maya Kelly y Urjasi Rudra
Téné Maimouna Zoungrana es una funcionaria de prisiones de Burkina Faso que trabaja en la Misión de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA) y que ha roto muchos estereotipos y barreras de género en un espacio generalmente dominado por hombres. En la actualidad, forma e inspira a otras mujeres en el ámbito penitenciario y está nominada por la ONU al Premio Trailblazer para Mujeres Funcionarias Judiciales y de Penitenciarias.
Zoungrana es la Coordinadora del Equipo de Seguridad en la Prisión Central de Ngaragba, la cárcel más grande y conocida de la República Centroafricana (RCA), que alberga a 1335 reclusos, lo que representa el 69 % de toda la población que se encuentra en prisión en ese país. Una función clave del mantenimiento de la paz es trabajar con los socios nacionales y fomentar el desarrollo de sus capacidades para mantener el orden público, así como unos sistemas de justicia eficaces. Como instructora principal y coordinadora de las actividades de intervención rápida, tanto ella como su equipo de 42 funcionarios ayudan al personal penitenciario nacional en la gestión de incidentes y crisis; además, Zoungrana se encarga de la introducción de módulos de formación de intervención rápida en el plan de estudios nacional de la administración de prisiones de la RCA.
“En mi entorno profesional, en este caso, el ámbito de la seguridad, las mujeres a menudo son relegadas a un segundo plano o incluso se las ignora debido a la percepción estereotipada de que los hombres son más adecuados para desempeñar este trabajo. Tuve la fortaleza, el coraje y la vocación para romper las barreras y hacerme valer en este ámbito con total confianza.
Creo que el factor clave de mi éxito como instructora principal y coordinadora de las actividades de intervención rápida en la prisión de Ngaragba, en la RCA, es mi perseverancia. Donde otros compañeros se resisten a colaborar, yo me ofrezco voluntaria para ponerme al frente, lo cual ha ayudado a reducir ciertos prejuicios sobre las aptitudes de las mujeres en este entorno laboral. Además, me implico al máximo en las tareas que se me encomiendan, a menudo más que mis compañeros varones.
En la actualidad, mis compañeros me admiran y me animan para que continúe persiguiendo mis objetivos, lo que ha provocado que otras mujeres de MINUSCA y de la administración de prisiones de la RCA muestren un mayor interés por otras funciones, e incluso que algunas de ellas opten por formarse y trabajar en la intervención rápida.
Para contribuir al aumento del número de mujeres que trabajan en funciones no tradicionales, organizo reuniones de equipo en las que intento sensibilizar a las mujeres para que participen de forma activa en las tareas que algunos consideran más adecuadas para los hombres y las invito a que participen en la instrucción que tiene como objetivo proporcionarles oportunidades y permitirles el acceso a espacios que antes se consideraban feudos exclusivos de los hombres. Asimismo, les confío las mismas tareas que a los hombres.
El logro del que me siento más orgullosa es la contratación e instrucción inicial de 300 funcionarios civiles profesionales de prisiones, entre ellos cinco mujeres, que forman parte del equipo de intervención rápida de la administración penitenciaria creado en 2022.
Con mi ejemplo como Comandante del Equipo de Respuesta Rápida de la Unidad Correccional de la MINUSCA, estoy cambiando la posición y la percepción de las mujeres en el ámbito de la seguridad.
Mi nominación para el Premio Trailblazer para Mujeres Funcionarias Judiciales y de Penitenciarias es un gran honor y me motiva a redoblar mi compromiso. En colaboración con todas las demás mujeres pioneras, tenemos la responsabilidad de abrir el camino y romper los estereotipos de género, los prejuicios y las barreras contra las mujeres en el ámbito de las instituciones penitenciarias y la seguridad".